jueves, 23 de julio de 2009

Adornos

Resulta que hoy estaba cagando en el lavabo de casa de Andrea (mi nóvia) cuando me ha dado, por puro aburrimiento, por mirar a mi alrededor. He visto una pared blanca, un mueble blanco, unas luces, una ducha... Hasta que mi vista ha ido hacia abajo. No, no me estaba mirando el rabo miembro viril, estaba mirando hacia abajo pero hacia un lado. Y he visto el papel higiénico típico que se usa en casa de Andrea. Los pocos que esteis leyendo la nota (si esque hay alguien y más a estas alturas, después de lo que he dicho) os preguntaréis "Oiga, ¿y qué?". El caso es que el papel higienico que más de una vez he usado para limpiarme el culo está decorado con una serie de líneas y florecitas muy monas. Ahora sí que estaréis diciendo que he perdido la cabeza. La cuestión es que también me he acordado del papel que se usa en mi casa, de la marca scotex y que tiene unos cachorros de perros grabados.

Ha sido entonces cuando mi mente ha reflexionado (después de tanto tiempo he visto que aún me sirve para algo el cerebro). Por qué coño demonios los fabricantes de papel higiénico se empeñan en decorar el puto papel? Si total acabaremos llenándolo de mierda materia fecal e incluso de sangre apestosa menstrual aquellas que tengáis la regla. Quizás los fabricantes de papel de váter crean que por ver un papel decorado me limpiaré el culo haré mis cosas más a gusto. Incluso quizás sea verdad y todo, con lo raros que somos los humanos y lo poco que nos conocemos, seguramente algún aburrido ha hecho un estudio sobre el comportamiento de los seres humanos en función del papel que usen (se hacen estudios tan raros que no me sorprendería).

En fin, que a los humanos nos da por decorarlo todo. El papel de váter no es más que un asqueroso ejemplo una bella metáfora sobre lo que hacemos. Supongo que nuestra personalidad sería peor, seríamos más aburridos y estaríamos de mal humor todo el día si nada estuviese decorado. Empezando por lo que hacemos y lo que decimos. Muchas de las cosas que hacemos las disfrazamos para no parecer malas personas, para no parecer primos, para no parecer cursis... Y muchas de las cosas que decimos las disfrazamos para no ofender a los demás, pues hoy en día nuestra "misión" en la Tierra se ha degradado tanto que actualmente la gente no quiere ser mejor que los demás, quiere que los demás sean peores que ellos. Y eso pasa por reírnos de lo que hacen los demás y por dedicar-nos a mostrar nuestros triunfos, triunfos que muchas veces no son ni eso, son simplemente unos papis con más dinero o porros y alcohol en noches de fiesta.

La cuestión es que decoramos todo lo que hay a nuestro alrededor y, a lo que iba, fijaros si lo llevamos lejos que incuso decoramos el papel de váter. Think it.

Y bueno, hasta aquí mi momento de reflexión, un momento que seguro que pasa con más pena que gloria.

Saludos.

PD: Si, lo de los sintagmas tachados son un ejemplo más de adornos.